Sueño, calor, pereza, ... excusas validas para no salir, las tenía, y además recibo un SMS de Fran, único componente del grupo que había comentado algo, anunciando su ausencia. Pero el despertador suena, y conciliar el sueño otra vez, es ardua tarea para mi, así que...
Arrepentirse de hacer una salida creo que es algo que a ninguno nos ha pasado; siempre hay algún aliciente, el grupo, la ruta, la dificultad, etc. En esta ocasión la ruta ha tenido un aliciente añadido, saber algo nuevo sobre la historia del camino por donde vas.
Después de un rato de espera, 3 bikers hemos salido. Sebas, Miki y yo.
Después de pensar un poco la ruta, se ha sugerido Golf de Son Quint, PT3, cortafuegos, Coll de sa Creu y una vez arriba decidir por donde bajamos. Sebas desconocía parte de esta subida, así que me he abstenido de sugerir algo diferente
Ultimamente estoy haciendo un verdadero monográfico sobre esta zona, pues en las salidas del pasado fin de semana, también estuvimos ruteando por ahí.
La subida es un poco antipática en esta época del año, muy pedregosa, polvorienta y calor, lo cual añade un poco de pesimismo personal a la ruta. No hay mucha motivacion.
Al llegar a la carretera, subimos el escaso kilómetro que falta para llegar al Coll, donde me alcanza un hombre cuya cara me es familiar; efectivamente, se trata de Juan, un lejano familiar de Toni Melenas, con quien coincidimos en otra ocasión, por estos mismos lares.
Juan es un gran conocedor de Na Burguesa, practica BTT y senderismo. Charlamos un rato y el comenta su ruta, a la que nosotros nos agregamos, pues todavía no nos habíamos planteado la bajada.
Seguimos subiendo, como no, hasta llegar a la trialera que nos a la torre de vigilancia. Aquí Juan nos indica un camino, poco utilizado, pero que se intuye, y por lo que comenta, debe llegar hasta la pista que sube a la torre.
Decidimos bajar por el cementerio de La Vileta, y a la altura de lo que nosotros, y muchos bikers, llaman, la casa derruida, Juan nos cuenta que esta casa era una posada, usada lógicamente por la gente que transitaba por el antiguo camino de Puigpunyent, y que hacia noche allí. Este punto, también es curioso porque en el coinciden tres municipios, Palma, Puigpunyent y Calvia.
La bajada la hemos hecho por el camino original, donde en algunos tramos esta conservado todavia el empedrado, y se aprecian los surcos en la piedra, causados por el desgaste del paso de los carros.
Es una pena que estos vestigios, testigos de otro tiempo, se pierdan en el olvido.
El tramo de camino que arranca de La Vileta, es un camino muy transitado y utilizado por bikers y senderistas.Colgar una placa junto a las ruinas explicando un poco su antigua función, nos acercaría un poco a nuestra historia reciente, y seguramente nos haría respetar mas nuestro entorno.
Seguimos subiendo, como no, hasta llegar a la trialera que nos a la torre de vigilancia. Aquí Juan nos indica un camino, poco utilizado, pero que se intuye, y por lo que comenta, debe llegar hasta la pista que sube a la torre.
Decidimos bajar por el cementerio de La Vileta, y a la altura de lo que nosotros, y muchos bikers, llaman, la casa derruida, Juan nos cuenta que esta casa era una posada, usada lógicamente por la gente que transitaba por el antiguo camino de Puigpunyent, y que hacia noche allí. Este punto, también es curioso porque en el coinciden tres municipios, Palma, Puigpunyent y Calvia.
La bajada la hemos hecho por el camino original, donde en algunos tramos esta conservado todavia el empedrado, y se aprecian los surcos en la piedra, causados por el desgaste del paso de los carros.
Es una pena que estos vestigios, testigos de otro tiempo, se pierdan en el olvido.
El tramo de camino que arranca de La Vileta, es un camino muy transitado y utilizado por bikers y senderistas.Colgar una placa junto a las ruinas explicando un poco su antigua función, nos acercaría un poco a nuestra historia reciente, y seguramente nos haría respetar mas nuestro entorno.
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